miércoles, 4 de marzo de 2015

Solidaridad de la Coordinadora Estudiantil Universitaria (CEU) con las y los estudiantes del Estado Español que luchan contra el Decreto 3+2

Las y los jóvenes del Estado Español han sido los más afectados después de que la crisis económica de 2008 llevara al gobierno a promulgar recortes en el gasto público, así como medidas privatizadoras de la sanidad y la educación pública. Como siempre, las consecuencias de una crisis provocada por la especulación de los banqueros y la irresponsabilidad de los grandes empresarios, con el apoyo del gobierno, las terminan pagando los sectores más precarizados de la población. Por eso el espectacular despertar juvenil y popular de Los Indignados, el 15M y las diferentes Mareas que en años recientes han sacudido las calles de ese país y han puesto en jaque al gobierno.

Hoy, las clases dominantes vuelven a atacar con el Decreto conocido como 3+2 que reduce de dos a tres años el curso de una licenciatura y el aumento de uno a dos el de una maestría, acompañado del incremento en las colegiaturas de nivel superior. Con justa razón, las y los estudiantes denuncian que estas medidas benefician sólo a las grandes empresas que no necesitan profesionistas bien formados, sino mano de obra con capacitación de tres años cuando mucho, obligando a las y los jóvenes a pagar dos años de maestría para poder aspirar a mejores empleos. Además, en medio de la crisis económica y social que ha impactado sobre todo a los países del sur de Europa, reducir las oportunidades educativas y aumentar las cuotas es condenar al desempleo y la pobreza a miles de jóvenes y entregarle la educación pública a los sectores privados que han provocado dicha crisis.

Por eso, diferentes organizaciones estudiantiles se han movilizado por todo el país exigiendo la derogación de Decreto 3+2 considerándolo un golpe fuerte al carácter público de la educación  y la entrada de la universidad en el mercado.

La Coordinadora Estudiantil Universitaria, de Colima, México, se solidariza con las y los estudiantes del Estado Español que defienden su derecho a la educación pública y de calidad que no es otra cosa que la defensa de su derecho a ser algo más que trabajadores precarios al servicio de intereses transnacionales. Apoyaremos por medio de la difusión de información y con los medios que contamos para que su lucha justa sea conocida en nuestro país.

Saludamos especialmente a las y los compañeros del movimiento “Anticapitalistas” (antes, Izquierda Anticapitalista) que meses atrás y constantemente han mostrado su apoyo a la CEU en las jornadas por Ayotzinapa.

Su demanda es nuestra demanda, su grito es nuestro grito, su lucha es nuestra lucha.

¡Por una educación realmente pública, humanista, crítica y de calidad!

¡Vivan los estudiantes de todo el mundo!


“Estudiantes organizados, resistiendo y luchando”


Coordinadora Estudiantil Universitaria

lunes, 17 de noviembre de 2014

Seguridad privada en la Universidad



El pasado 28 de octubre, la Coordinadora Estudiantil Universitaria (CEU) dio a conocer una carta dirigida al rector de la Universidad de Colima en la que se pedía información sobre el cuerpo de seguridad privada recién contratado por la institución compuesta por 120 guardias vestidos de civil en el interior de las instalaciones escolares, sin portar identificación y trayendo consigo esposas y bastón plegable. Nuestro extrañamiento se debía a que comenzaron a ser vistos en diferentes campus de la Universidad sin habernos informado previamente de sus funciones y del porqué están ahí, además del mal momento nacional en que se dio su aparición.

Después de más de un mes de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en manos de policías municipales y el crimen organizado, la inseguridad se ha sentido en México como nunca. Hay miedo en la población, sobre todo en el sector joven. Muchachas que son secuestradas sin dejar rastro y que luego aparecen en el fondo de un canal del Estado de México, manifestantes tomados presos sin justificación, jóvenes hostigados por la policía como forma de amedrentarlos, estudiantes descontentos amenazados por las autoridades escolares, y un largo etcétera que hacen de nuestro país uno de los lugares más inseguros para ser menores de 30 años.

Es en este contexto en que sale a la luz la estrategia de seguridad que la Universidad de Colima está aplicando. A grandes rasgos, se basa en el aumento de agentes de vigilancia con cargo al presupuesto de la institución para que vigilen las instalaciones así como el movimiento de alumnos y maestros, pasando un reporte al final del día a los coordinadores de sus brigadas. Esta estrategia es muy parecida a la implementada por los dos últimos sexenios presidenciales en los que, con el objetivo de “combatir la inseguridad creciente y el crimen organizado infiltrado en todas las esferas de la vida pública”, llenaron de militares cada rincón del país, proclamando de facto un “estado de excepción” en el que se violaron múltiples veces los derechos humanos sin conseguir la disminución de la delincuencia. Paradójicamente, este Estado que se vuelve cada vez más policial, abandona poco a poco su característica social con las consecuencias de un tejido comunitario roído, el aumento de la pobreza, la falta de confianza en las instituciones y un descontento popular creciente.

La finalidad de la carta elaborada por la CEU no es la de exponer a rectoría o crear inestabilidad, sino ser el portavoz de muchos compañeros estudiantes y profesores que se preguntaban quiénes eran tales personas ajenas a la comunidad universitaria, así como llamar la atención en torno a una estrategia de seguridad que nos parece equivocada según la experiencia de casi ocho años de “guerra contra el narco” que dejan un resultado de más de 130 mil muertos. ¿Propuestas? La atención en la responsabilidad social de la Universidad en el otorgamiento de becas, incentivos y promoción de las cualidades de los alumnos, así como la implementación de mecanismos de control colectivo en la que participen estudiantes, profesores y administrativos para salvaguardar los espacios universitarios.


Irving Radillo Murguía, vocero de la CEU

lunes, 27 de octubre de 2014

Ayotzinapa y la solidaridad de los de abajo



¿Qué ha sucedido en México después del 27 de septiembre de 2014? Las fotografías en redes sociales, los videos en internet y, sobre todo, las experiencias personales que de boca en boca se transmiten dan cuenta de marchas multitudinarias, de intervenciones artístico-políticas en las plazas públicas, paros estudiantiles en las universidades y millones de personas indignadas por un acontecimiento que ha rebasado ya las fronteras nacionales.

“¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, “No somos todos, faltan 43”, “Todos somos Ayotzinapa”, “Pudiste ser tú, pudieron ser tus hijos” son parte de las consignas que han gritado durante las últimas semanas una sociedad harta de impunidad y que ve esta afrenta a los estudiantes normalistas como suya. Es la consciencia colectiva que ha ganado una batalla al hasta ahora invicto individualismo feroz. Y es por eso que no es raro encontrarse cuando entras a tu cuenta de Facebook o Twitter gente de fisonomía distinta a la mexicana con pancartas en idiomas varios que muestran solidaridad: “Your fight is our fight”, “Nous Sommes Tous Ayotzinapa”, “Demokratie in Mexiko ist ein Betrug”.

A partir del proceso electoral de 2012, Colima ha comenzado a cantar en el mismo tono que el resto del país, o por lo menos una parte de la sociedad colimense. Los miércoles frente a la catedral, en la marcha organizada por la CEU del sábado 18 de octubre y en la realizada por los estudiantes de filosofía se puede ver a los zapatistas, feministas de diferentes colectivos, artistas, profesores, sindicalistas, estudiantes organizados y no organizados y un cúmulo de personas difíciles de clasificar. Es el Colima de abajo el que contrapone su solidaridad al silencio indolente de las élites.

El gobierno del estado no puede hablar al enfrentarse con una situación similar en la que las jóvenes desaparecidas se han vuelto una noticia recurrente. Los partidos políticos de siempre están preocupados por el tema de siempre: las urnas. La Universidad de Colima no se ha pronunciado al respecto cuando en estos días el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México hizo público que no habría represalias para los estudiantes de su institución que se sumaran al paro nacional. La FEC marchó, sí, pero presionada por la opinión pública que denunciaba su silencio como complicidad, en un acto decidido por la cúpula de esta federación, sin convocatoria abierta a sus bases, sin consignas, sin contenido.


Por eso, es la hora del estudiantado libre y rebelde, del pueblo presto a alzar la voz, de las bases. Hoy nos une la exigencia al Estado de que presente a los 43 normalistas con vida, una demanda inmediata pero con olor a democracia, a solidaridad y a otro país posible.

Irving Radillo Murguía, vocero de la CEU

lunes, 13 de octubre de 2014

No queremos más "Ayotzinapa"


El caso Ayotzinapa es una de las heridas abiertas en nuestro maltratado país. La noche del viernes 26 de septiembre, la policía municipal de Iguala, Guerrero, abrió fuego contra estudiantes de la Normal de Ayotzinapa que se encontraban en autobuses con rumbo a la Ciudad de México para participar en la marcha conmemorativa del 2 de octubre. Horas más tarde, un grupo armado identificado con un cártel de narcotraficantes atacó a varios automovilistas en la autopista. El saldo de esta emboscada conjunta fue de 6 personas muertas, 25 heridos y 43 estudiantes desaparecidos.

En un clima de confusión generalizada, poco a poco se ha ido filtrando información que vincula al alcalde de Iguala, actualmente prófugo, con la organización criminal “Guerreros Unidos”. El enérgico rechazo de la sociedad mexicana y la comunidad internacional ante lo acontecido en Guerrero presionó al gobierno a actuar para esclarecer el caso, lo que llevó al descubrimiento de 6 fosas clandestinas con varios cuerpos calcinados que están en proceso de identificación.

Este lamentable suceso es revelador en varios sentidos, pues hace innegable lo que todos ya sabíamos: los compromisos del gobierno en todos sus niveles con el crimen organizado y la represión a la divergencia por parte del narco-Estado que se recrudece con el regreso del PRI a la presidencia. Igualmente, la reacción conservadora de una parte de la población que culpabiliza a los normalistas por su participación política contestataria es producto de la campaña mediática que desde años atrás comenzó el gobierno para criminalizar a los jóvenes haciendo ver en ellos “potenciales delincuentes”.

¿Y a nosotros como jóvenes de Colima qué con eso?

Pareciera que este tipo de hechos tienen lugar en situaciones muy ajenas a la nuestra, pero la verdad es que situaciones cercanas se han venido dando últimamente en nuestro estado: el número de feminicidios ha aumentado en comparación con años anteriores, así como la desaparición de mujeres adolescentes y jóvenes; ha habido actos policiales arbitrarios contra organizaciones juveniles como Casa de la Lengua en Villa de Álvarez y Grupo Ensamble en Colima; compañeros y compañeras disidentes han sido intimidados por parte de directivos de la universidad o miembros de la FEC para que desistan de su activismo,  entre muchos otros ejemplos.

Así pues, la escalda de intolerancia, represión y criminalización de la juventud que mostró su rostro más crudo en los normalistas asesinados y desaparecidos, tiene también sus manifestaciones en Colima. Debemos alzar la voz para denunciar estos actos indignantes y presionar por todos los medios posibles para que sean castigados los responsables. Si dejamos pasar este hecho, vendrán muchos “Ayotzinapa” más.

La Coordinadora Estudiantil Universitaria desde los primeros momentos repudió la violencia de Estado ejercida contra los estudiantes de la Normal Isidro Burgos a través de un comunicado en su página en Facebook . Como CEU, estos hechos nos tocan en lo más hondo y nos hacen alzar más la voz para exigir el cese de la represión contra la protesta social y el respeto estricto a los derechos humanos.


Irving Radillo Murguía, vocero de la CEU
*Foto de Fer Poetiza

domingo, 5 de octubre de 2014

Patria Grande y lucha estudiantil

"Me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica."
Ernesto “Che” Guevara

El próximo 9 de octubre se conmemora un año más de la muerte del célebre guerrillero argentino Ernesto “Che” Guevara, acaecida en 1967 por el ejército boliviano con apoyo de la CIA. Este hombre, convertido en un icono de las luchas de liberación, ha inspirado por décadas a las juventudes indignadas por las condiciones injustas en que vivimos y que proponen un cambio radical. Más allá de la leyenda y de las acusaciones que le hacen sus detractores (desde que fue un asesino terrorista hasta un adalid del comunismo burocrático), como estudiantes críticos queremos rescatar su conciencia internacionalista y latinoamericana.

Nacido en Argentina, en el año 1928, desde joven y casi sin dinero, comenzó a realizar viajes con sus amigos por las provincias de su país y otros lugares de América Latina, lo que le puso en contacto con la realidad de pobreza y opresión de la población. Estuvo en el noroeste argentino, hizo un recorrido por toda la costa atlántica sudamericana, visitó Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Centroamérica y por último México, en donde junto con Fidel Castro organizaron el Movimiento 26 de Julio, embarcándose rumbo a Cuba para iniciar la revolución que acabaría con la dictadura de Batista y el poderío yanqui en la isla caribeña.

El Che Guevara siempre tuvo un pensamiento internacionalista y estuvo convencido de que sólo se podría derrotar al imperialismo si la lucha se generalizaba por todo el Tercer Mundo. Incluso después del triunfo de la Revolución Cubana, recorrió otras naciones latinoamericanas y viajó al Congo para organizar la resistencia.

Actualmente, los movimientos sociales de los últimos años y el triunfo de gobiernos progresistas han reavivado el sentimiento de una “Patria Grande Latinoamericana”. El sueño de Simón Bolívar de que todos los países al sur del Río Bravo se unieran en una gran nación basada en la justicia social, el cuidado de la naturaleza, en la soberanía y el respeto a la diversidad cultural, sigue vigente en el imaginario colectivo.

Como estudiantes, queremos abrir nuestros horizontes de lucha: lo que sucede en nuestra universidad no es exclusivo de nosotros, sino que se enmarca en un contexto nacional e internacional de avance liberal de privatización de todo lo que es público y que ahora toca a los servicios como la educación. La respuesta a esta ofensiva globalizada tiene que ser internacional. En el espíritu del Che Guevara, no queremos globalización en la que se abren las fronteras a los mercados pero se cierran a las personas, sino solidaridad latinoamericana e internacionalista entre los explotados y oprimidos.

La Coordinadora Estudiantil Universitaria invita este jueves al foro “La lucha estudiantil por América Latina” en torno a la muerte de Ernesto “Che” Guevara, a las 6:30 de la tarde en el Jardín Libertad.




Irving Radillo Murguía, vocero de la CEU

martes, 30 de septiembre de 2014

De Tlatelolco a Zacatenco



“Seamos realistas: pidamos lo imposible”
Grafiti del Mayo Francés

“2 de octubre, no se olvida” ha sido la consigna que jóvenes y no tan jóvenes han gritado a través de los años para evocar los aires de rebeldía que soplaron durante 1968 en la capital mexicana y que fueron cobardemente truncados por medio de la fuerza del Estado. Cada año, se realizan foros, eventos culturales y manifestaciones para conmemorar la insurrección estudiantil que marcó el inicio del fin del régimen.

Decir “2 de octubre, no se olvida” en 2014, es hacer mención, ineludiblemente, al movimiento de los estudiantes politécnicos de la ESIA Zacatenco que irrumpieron en la escena nacional en vísperas de esta fecha.

Dentro de las contrarreformas liberales que impuso la actual administración federal se encuentra la Reforma Educativa que golpea los derechos laborales de los profesores y que vulnera el carácter público de la educación. Siguiendo la misma línea, la dirección general del Instituto Politécnico Nacional elaboró un nuevo plan de estudios y reglamento en el que se incorporan términos de origen empresarial además de abrir las puertas para que algunos espacios de la institución pasen al manejo de empresas privadas. Por esto, estudiantes y profesores denunciaron los peligros de dichas modificaciones y ante la negativa de la directora a dialogar, decidieron iniciar un paro de actividades indefinido tomando las instalaciones el 17 de septiembre. Tras una asamblea el día 20 del mismo mes, se acordó la realización de una marcha para el jueves 25. 17 mil estudiantes se dieron cita en la manifestación, lo que obligó a que la dirección del IPN decidiera postergar la aplicación del plan de estudios. Pero la Coordinadora Estudiantil Politécnica va por todo: no quieren el aplazamiento, sino la derogación de dicho programa.

La victoria del movimiento politécnico echa abajo las tesis de quienes proclaman que las marchas son una estrategia ya superada para alcanzar objetivos políticos y que la organización estudiantil de lucha es un asunto del siglo pasado. El proyecto de una educación para todas y todos y el proyecto que pretende mercantilizarla siguen en pugna, reavivando la lucha de clases dentro de las escuelas y obligando a tomar postura al respecto. El planteamiento de qué escuela y de qué país queremos sigue abierto.


La Coordinadora Estudiantil Universitaria invita a todas y todos los lectores al evento conmemorativo de la Matanza de Tlatelolco este 2 de octubre a partir de las 5 pm en el Andador Constitución del centro de la ciudad capital.

Irving Radillo Murguía, vocero de la CEU